
La prevención es la mejor medicina para evitar las alteraciones degenerativas articulares y, en concreto, la artrosis. Sin embargo, no siempre, por numerosos motivos, somos capaces de evitar que aparezca, o incluso, de hacer una prevención efectiva.
Te contamos 6 signos de alarma que debes ser capaz de detectar precozmente para poder instaurar, de la manera más rápida y efectiva, un protocolo de tratamiento.
Signos de Alarma
Los signos que podemos ver en nuestro amigo y que nos ayudarían a sospechar que algo pasa en las articulaciones de nuestra mascota son múltiples y variados.
Aquí os vamos a referir los 6 signos de alarma en artrosis, que consideramos más importantes y de mayor trascendencia para su detección:
- Nuestro animal cojea. Es muy importante que nos fijemos bien, ya que el animal, en un primer momento, puede hacerlo sutilmente o sólo en determinadas acciones (escaleras, rampas, giros…)
- El animal muestra dolor al tocar las articulaciones. Ciertamente no estamos palpando sus articulaciones regularmente, pero muchas veces con simples caricias, achuchones o en el mismo cepillado, podemos detectar un movimiento espontáneo o incluso un gemido de nuestro animal. ¡Cuidado!
- Vemos que el animal tiene dificultades para levantarse o sentarse. O cuando ya no salta o se mueve con la misma agilidad y eficacia que lo hacía antes. En el caso del gato, ya no se coloca en lo alto de su «mueble favorito».
- Aparición de síntomas de dolor al caminar. Ya no se mueve por la casa como antes, ya no te sigue a todas partes, ya no sale al jardín…
- Evita los desniveles. En concreto, evita el uso de escaleras, rampas, ya no salta al coche y tenemos que ayudarle…
- Cambios de caracter:
- Come menos y con más desgana
- Rehuye salir a pasear y no lo pide como antes
- Evita paseos largos y tiende a volverse a casa cuanto antes
- No tiene las mismas ganas ni entusiasmo al jugar con la familia
- Cuando hay «jaleo» en casa, desaparece
- Ladra más o gime, sin ningún motivo aparente
- Insomnio o nerviosismo por las noches
- Irritabilidad e incluso agresividad. No se deja tocar.

Todos estos signos de alarma deberían hacernos sospechar de que nuestro amigo tiene un problema con sus articulaciones y, al menos, deberíamos de empezar con alguna medida higiénico-dietética y/o tratamiento para aliviarle y mejorar ostensiblemente su calidad de vida.
