¿Qué es el estrés? ¿Afecta por igual a humanos y mascotas?

Realmente el estrés es un mecanismo de adaptación a los cambios y nos sirve y ayuda para poder afrontar las situaciones difíciles, complicadas o peligrosas. De hecho, la OMS lo define como “el conjunto de reacciones fisiológicas que preparan al organismo para la acción”.

Tipos de estrés

Por lo tanto, el estrés puede considerarse como una respuesta, no solo positiva, sino también necesaria, para poder adaptarnos a las determinadas situaciones que surjan en nuestro entorno. Pero entonces, ¿porque vemos siempre al estrés como algo negativo?

Y la respuesta a esta pregunta, es que realmente podemos hablar de 2 tipos de estrés, que podríamos denominar Adaptativo o Eustrés y NO adaptativo o Distrés. Y los estímulos internos o externos que lo provocan se denominan estresores. Esto nos lleva a dos preguntas trascendentales:

¿Todos los estresores afectan de la misma manera a cada individuo, sea humano o mascota?

¿Cada estresor generara un eustrés o un distrés en todos los individuos por igual, sean humanos o mascotas?

Y la respuesta a ambas es NO. Y es no, porque la respuesta al estrés es individual para cada ser vivo, sea humano, perro o gato. Es una respuesta emocional y cognitiva de cada individuo ante cada situación y no tiene por qué ser igual. A algunos humanos les encantan las emociones fuertes, mientras que otros adoran la vida tranquila y sosegada, algunos perros adoran viajar en coche y disfrutan sacando la cabeza por la ventanilla, otros sin embargo, se estresan sobre manera llegando a padecer nausea y vómitos por estrés.

Estrés adaptativo o Eustrés

Fisiológicamente podemos decir que el eustrés permite al organismo adaptarse a cada situación manteniendo la homeostasis y equilibrio entre la mente y los sistemas nervioso, endocrino e inmune. Es la llamada Psico-neuro-endocrino-inmunología, que ahora toma enorme relevancia en cuanto a la adaptación orgánica de cada individuo al entorno y su capacidad de adaptación. Podemos recordar que Darwin dijo que no sobrevive el más fuerte, sino el que mejor se adapta.

A nivel hormonal el estrés produce inicialmente una liberación de adrenalina, a la que se une la dopamina si hablamos de un estrés adaptativo o el cortisol, si hablamos de uno NO adaptativo.

Además, el eustrés suele ser de corta duración y el individuo vuelve a su estado anterior de forma rápida y espontanea, superando al estresor y sin padecer ningún tipo de secuelas orgánicas.

Estrés no adaptativo o Distrés

El Distrés suele alargarse mucho más en el tiempo, lo que implica una constante y mantenida liberación de cortisol endógeno por parte de las suprarrenales. Y esto sí que lleva indefectiblemente a problemas serios de salud, tanto en las personas como en las mascotas.

El distrés produce un desgaste y agotamiento físico y emocional en el humano, perro o gato que lo padece y el “hipercortisolismo” genera alteraciones orgánicas en múltiples sistemas:

  • Nervioso Irritabilidad, falta de concentración, dificultades de aprendizaje….
  • Endocrino Obesidad, riesgo de diabetes, ….
  • Inmunológico Mayor predisposición a infecciones e infestaciones, ….
  • Cardiovascular Taquicardia, hipertensión, palpitaciones, …
  • Respiratorio Taquipnea, disnea, asma, …
  • Musculoesquelético Debilidad muscular, mioclonías, contracturas, fragilidad ósea, ….
  • Digestivo Inflamación mucosa, EII, colitis, ….

Por todo lo dicho, podemos inferir que el estrés, tanto adaptativo como no adaptativo puede afectar y afecta tanto a humanos como a perros y gatos, pero los estresores y las respuestas de cada individuo no tienen por qué ser iguales, ni siquiera entre los de la misma especie.

La aparición de estresores y las respuestas a los mismos son completamente individuales de cada persona o mascota.

¿Cuándo actuar?

Así solo deberíamos actuar antes el distrés y nunca ante el eustrés, Ya que haciéndolo podríamos eliminar la capacidad adaptativa y de adecuación al entorno de nuestra mascota. Máxime si usamos medicamentos sedantes, que adormecen a la mascota, pero también, según ciertos etólogos y veterinarios, la sumen en un estado de confusión donde le cuesta moverse y reaccionar a los estímulos, lo que puede llevar al animal a un estado de miedo, que conlleva indefectiblemente a un empeoramiento de la situación.

Puede que nosotros veamos o intuyamos que el perro esta más calmado porque no se mueve, no reacciona, no ladra. Puede incluso que sea esto lo que pidamos a nuestro veterinario cuando nuestra mascota vaya a pasar por una vivencia que le estrese, pero realmente es lo peor que podemos hacer.

Es mucho más efectivo y seguro, el uso de ansiolíticos naturales, basado es aminoácidos controladores de la excitabilidad del sistema nervioso central, así como vitaminas y plantas que reduzcan la excitabilidad del sistema controlando el estrés y minimizando las somatizaciones que este estrés genera en otros sistemas como el digestivo o el cardiocirculatorio.

También es importante que el producto asegure el cumplimiento terapéutico, para lo cual debe tener buena palatabilidad y tener una presentación fácil de administrar por parte del propietario, como puede ser en jarabe.

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